El running es una actividad física que requiere dedicación y respeto a una serie de normas básicas para que cada sesión sea placentera y sin sorpresas. Tanto los corredores principiantes como los más experimentados encontrarán en estos consejos una guía para mejorar sus salidas y sentirse mejor en cada entrenamiento.
#1 Elegir las rutas adecuadas
Antes de salir a correr es fundamental elegir la ruta que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos. ¿Por asfalto, por caminos de tierra o senderos rocosos? ¿Por zonas llanas o con desniveles importantes? ¿En entornos seguros o con cruces de vehículos? Todas estas decisiones influirán en el tiempo que dediques a correr y en la intensidad de tu entrenamiento.
#2 Definir tus objetivos
Correr no siempre tiene que ser una actividad competitiva. Hay muchos objetivos personales que pueden estar relacionados con el running, como perder peso, completar una media maratón o adoptar el hábito de trotar. Un plan de entrenamiento personalizado te ayudará a cumplir tus metas, ya sea contratando a un entrenador, uniéndote a un grupo de running o descargando aplicaciones o información confiable en línea.
#3 Calentamiento y estiramiento
Realizar movimientos articulares y estiramientos antes y después de cada sesión de entrenamiento es fundamental para prevenir lesiones y mantener la musculatura en buen estado. Dedicar unos minutos antes y después de correr ayudará a evitar tirones y molestias y a mantener la elasticidad de tus músculos.
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#4 Equipación adecuada
No existe una zapatilla perfecta para todos, ya que cada corredor tiene sus necesidades y requisitos. Es importante elegir un modelo adecuado para tu pisada, peso, superficie, distancia y objetivos de ritmo. Si tienes dudas sobre si eres pronador, neutro o supinador, lo ideal es realizarte un estudio de la pisada antes de elegir tus zapatillas. Además, es importante elegir ropa transpirable y con costuras planas para evitar rozaduras y facilitar la evaporación del sudor.
#5 Hidratación
La hidratación es clave antes, durante y después de cada sesión de entrenamiento. Mantener una adecuada hidratación para que el cuerpo trabaje de la eficientemente y se recupere de la mejor manera (además de evitar mareos, golpes de calor u otras consecuencias por deshidratación) tanto con clima cálido como en días fresco e invernales –en su justa medida-.
Beber durante los entrenamientos, además de ayudar a evitar la deshidratación, entrena al cuerpo y la mente para las competencias de largo aliento en las que es fundamental reponer fluidos.