Atarse los cordones de forma eficaz y segura al correr puede marcar una gran diferencia en la comodidad y el rendimiento. En este artículo, se presentarán consejos para atar los cordones en base al tipo de pie y pisada, de manera que se pueda obtener el mejor ajuste y sensación al correr. También se abordarán aspectos importantes a tener en cuenta al comprar zapatillas nuevas y cómo cuidarlas para mantenerlas en buen estado. ¡Segui leyendo para mejorar tu técnica de atado y obtener una mejor experiencia de running!
Importancia de elegir el calzado adecuado
Antes de hablar sobre cómo atarse los cordones, es fundamental tener en cuenta la importancia de elegir el calzado adecuado para correr. No se trata solo de un tema de moda o estética, sino de salud y rendimiento. Un buen par de zapatillas puede ayudar a prevenir lesiones y mejorar la experiencia de running.
Es importante tener en cuenta que el calzado de running no es eterno, y que su duración puede variar dependiendo del modelo y la intensidad de uso. Se recomienda tener un nuevo par de zapatillas a partir de los 800 kilómetros recorridos para ir intercalándolas y que estén listas para cuando sea necesario utilizarlas en competencia.
Al comprar zapatillas nuevas, es recomendable hacerlo por la tarde, luego de haber caminado todo el día, ya que es el momento en el que el pie se encuentra más hinchado y se puede tener una mejor idea del ajuste correcto. No hay que guiarse por el talle que se usa de zapatos de vestir o de zapatillas de paseo, ya que el calce puede ser diferente.
La zapatilla de running no debe apretar, y desde el dedo gordo hacia delante debe quedar, de pie, al menos 1 cm de espacio. Una buena elección de calzado es el primer paso para obtener una experiencia de running satisfactoria.
Consejos para atarse los cordones según el tipo de pie
El ajuste de los cordones puede marcar una gran diferencia en la comodidad al correr. A continuación, se presentan consejos para atarse los cordones según el tipo de pie:
1. Pies estrechos
En muchas zapatillas de deporte, los agujeros están colocados en zigzag. En tal caso, se recomienda utilizar únicamente la fila exterior para que la zapatilla se recoja alrededor del pie y lograr un mejor ajuste.
2. Pies anchos
Si se utilizan zapatillas con agujeros cruzados, conviene utilizar únicamente la fila interior, la más cercana al empeine, en la zona central del pie, ya que así no se tira de los lados y el pie dispondrá de suficiente espacio. Esto produce una sensación de alivio similar a la que se siente cuando se desabrocha un agujero del cinturón.
3. Pies con inflamaciones u otras heridas
En la zona afectada, se debe dejar una de las filas de agujeros sin atar y meter el cordón directamente en la siguiente. Para mejorar la comodidad, se recomienda además sacar un poco hacia fuera la lengüeta de la zapatilla.
4. Pies con empeine alto
Si tenes el empeine alto, puede que sientas mucha presión en esa zona al atarte las zapatillas. Para aliviar esa incomodidad, te sugiero que metas los cordones de dentro a fuera, desde el tobillo hasta la punta del pie, sin saltarte ningún agujero pero evitando que se crucen por encima de la lengüeta. De esta forma, podrás distribuir mejor la presión y sentirte más cómodo mientras haces deporte.
5. Pies con uñas encarnadas o con callos
¿Tenes uñas encarnadas o callos? Entonces es importante que evites que la parte de la zapatilla que se encuentra sobre tus dedos afectados los aprisione. Para ello, puedes atar las zapatillas metiendo un solo extremo del cordón desde el último agujero de la puntera en diagonal hasta el primero más cerca del tobillo, y pasar el otro extremo en zigzag, sin saltarte ningún agujero, de la puntera al tobillo. Al final, los dos extremos del cordón sobresalen por encima de la lengüeta.
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6. Pies con talones estrechos
Si tenes talones estrechos, es fundamental que la parte superior de la zapatilla vaya bien sujeta para evitar rozaduras y ampollas. Te recomiendo atar las zapatillas de forma cruzada y en dirección al tobillo hasta llegar a los penúltimos agujeros. Luego, pasa el cordón de los penúltimos a los últimos en paralelo, sin cruzar. A continuación, volve hacia el penúltimo, cruzándolo y pasándolo por debajo del tramo de cordón que acabas de trazar (del penúltimo al último). De esta manera, podrás asegurarte de que tus talones están bien sujetos y evitarás molestias al correr o hacer ejercicio.
Espero que estos consejos te sirvan para sacarle mayor provecho a tus zapatillas de ahora en más. A sumar kilómetros!