Establecer días de descanso en la rutina es necesario porque entrenar intensamente
siete días a la semana no es bueno en busca de una buena performance.
Agendar, al menos, uno o dos días de descanso en la rutina semanal (dependiendo del nivel de cada runner) es esencial para que el organismo pueda realizar adaptaciones de mejora porque no por entrenar “a fondo” los resultados serán mayores.
Por supuesto que la recuperación dependerá del nivel atlético y del objetivo de cada individuo pero con cuatro días de entrenamiento y los tres restantes manteniendo una vida activa (caminar, subir escalera, estirar, yoga) es suficiente es necesario para tonificar el cuerpo (regenerar los tejidos y adaptarse) y obtener mejores resultados.
¿Qué consecuencias tiene entrenar sin descanso? Al realizar demasiadas sesiones sin descanso, se puede producir lo que conocemos con sobreentrenamiento, que es un proceso de fatiga crónica en el cual el cuerpo se desajusta a nivel hormonal y el rendimiento decrece de forma considerable y se incrementa el riesgo de lesión.
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¿Con qué frecuencia se deben establecer días de descanso? La recuperación, dependiendo del estímulo realizado, va desde las 12 horas hasta las 72 horas.
Los entrenamientos de fuerza requieren más tiempo de descanso en comparación con un cardio de baja intensidad (un día de descanso cada 3 días de entrenamiento).
Para las sesiones de alta intensidad se aconseja dejar 48 horas de descanso entre sesiones. Por ejemplo, se puede entrenar lunes, miércoles y viernes a una intensidad alta, y martes y jueves descansar o entrenar a baja intensidad.
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¿Qué hacer los días de descanso? Los días OFF no se tratan de hacer un reposo absoluto. Quienes tienen ganas de mover el cuerpo pueden optar por el descanso activo (caminata, bicicleta, natación) o simplemente llevar un ritmo de vida activo (usar la escalera en vez del ascensor, caminar de un lado para otro sin utilizar ningún medio de transporte, etc).
Y vos, ¿incorporas el descanso en la planificación de tus objetivos?
