La visualización específica y la planificación mental de una estrategia pueden ayudarte a alejar los malos pensamientos y mejorar tu rendimiento a la hora de entrenar y enfrentar tu tan deseada –y temida- próxima carrera.
Estás a mitad de un entrenamiento o carrera y de golpe tus piernas comienzan a sentirse pesadas, tus pulmones gritan por aire, tu corazón bombea a toda marcha y solo pensás en parar. ¿Qué hacés en ese momento?
Algunos corredores bajan el ritmo, para luego recriminarse; otros no. Las habilidades mentales para enfrentar los obstáculos son fundamentales para ayudarte a perseverar y dar lo mejor, sin importar que tu meta sea completar tu primer 5K, un maratón u otra vuelta extra a la manzana. “Nadie espera que la resistencia física se genere naturalmente, pero las personas creen que la fortaleza mental sí. Es un gran mito.
No te hace falta más fuerza de voluntad, lo que necesitás es entrenar tu cerebro como lo haces con tu cuerpo”, explica el coach, con master en educación, Dean Hebert. Como en todos los órdenes de la vida, ser positivo es un factor crítico. Estudios recientes demuestran que el pesimismo rankea en el top de los bloqueos mentales entre los runners.
La negatividad –sean preocupaciones o dudas- siempre devienen en comportamientos derrotistas, tales como bajar el ritmo, cortar la distancia del entrenamiento o abandonar una carrera. “Es la profecía autoproclamada”, decreta la Dra Cindra Kamphoff, directora del Centro de Psicología Deportiva y del Rendimiento de la Universidad del Estado de Minnesota.
Los corredores fuertes de “bocho” no llegan a ese lugar, determinan un foco, se alimentan de sus pensamientos y el entrenamiento para creer en sí mismos para alcanzar sus metas –establecer un record personal o terminar una carrera sin la necesidad de caminar en medio-. El proceso para lograrlo es personal; no a todos los deportistas les da resultado lo mismo, por lo que es importante encontrar lo que le funciona a cada uno. Lo ideal es que puedas medirlo y reconocer tus debilidades.
Podes practicar la visualización cinco minutos al día, si tu punto débil es verte triunfando. También hacer corridas en las que termines rápido, si acostumbras a bajar el ritmo en los kilómetros finales. Otra opción es agendar el plan de entrenos y respetar lo pautado, si tiendes a saltearte salidas. Los psicólogos deportivos afirman que la mente humana no diferencia entre una experiencia vivida y una imaginada. Esto significa que tu cabeza no puede distinguir entre una competencia in-situ y otra carrera que proyectas en tu mente.
Como un actor debe ensayar sus líneas y gestos para su obra, el runner debe preparar todas las escenas y situaciones que pueden acontecer el día de carrera. Ningún trabajo de visualización va a compensar un pobre régimen de entrenamiento, pero si estás muy nervioso por tu debut o estás listo para exprimir tu límite físico y llevar tu performance a otro nivel, incorporar ciertas técnicas pueden ser la clave para lograr la ventaja que necesitas.
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TIPS para visualizar y rendir más alto
Si aún no estás dispuesto a visitar a un psicólogo o especialista comenzá con estos tips sencillos:
RELAX:
Encontrá un lugar tranquilo, en penumbra, sin distracciones. Comenzá a relajar completamente tu cuerpo, desde la cabeza a la punta de los pies. Pensá en un hermoso lugar en el cual puedas encontrar la paz (puede ser un jardín, un bosque o la playa por dar unos ejemplos). Una vez que estés completamente relajado podés iniciar con la visualización.
UBICATE EN EL ESCENARIO:
Con las instrucciones y notas que tenés de la carrera, mirá la línea de largada dentro de tu cabeza. Sentí la brisa en tu piel, escuchá el ruido de la multitud y la música que proviene de los parlantes o tus auriculares. Desarrollá una imagen mental que involucre tus cinco sentidos antes del comienzo de la competencia.
ENFOCATE EN LAS SENSACIONES FÍSICAS Y EMOTIVAS:
Sentí las dudas y nervios clásicos de una largada pero usa un lenguaje positivo para sobrellevarlo. Soy un runner, puedo hacerlo, entrené para estar acá”. Una vez que suena el disparo de salida y comienzas a correr, enfocate en correr relajado y en calma, sin arrancar demasiado rápido, estableciendo un ritmo sólido. Visualizá el sufrimiento que experimentarás a lo largo del recorrido y mirá internamente a los otros runners alrededor, y convencete que al resto le está doliendo lo mismo que vos –e igual siguen-. (Cuando comprendas que podés correr bien estando cansado será una gran revelación y tu performance mejorará drásticamente).
PROYECTÁ UN RESULTADO POSITIVO:
Imaginá el tiempo que aspiras a lograr en un reloj gigante colgado encima de la línea de meta mientras la cruzas emocionado con los brazos abiertos. Evoca el sentimiento de felicidad que te nace de saber que todo el entrenamiento valió la pena. Fantasea a tu familia y amigos tirándose encima de tuyo, llenos de orgullo. Soñá también la cerveza o el chocolate que bien ganado lo tienes post carrera.
REPETILO:
Inserta una nueva situación a los posibles detalles de carrera que pueden acontecer (lluvia, viento, alguna dificultad física, ganas de ir al baño, etc.) y repetí el proceso. Asegurate de hacer el trabajo de visualización al menos una o dos noches a la semana antes de tu gran carrera. La confianza es frágil, por eso desarrollar las habilidades mentales durante el entrenamiento es un trabajo de casi todos los días y no solo repetir como un loro un mantra a mitad de una carrera. La aptitud mental, al igual que el fortalecimiento físico, para volverse consistente se desarrolla con el paso del tiempo.